lunes, 26 de marzo de 2012

Bélgica llora a sus 22 niños muertos en accidente de bus en Suiza.





Un grupo de escolares de primaria de las localidades flamencas de Lommel y Heverlee, que volvían de pasar una semana de vacaciones esquiando en la nieve de la estación invernal suiza Val d'Anniviers, en el cantón suizo de Valais, sufrieron la noche del martes un espantoso accidente.

A las 21:15 horas, cuando el autobús -la comitiva la formaban tres vehículos- iba a entrar a un túnel en la autopista que va desde el sur de Suiza hasta Lausanne, el conductor perdió el control y terminó chocándose de frente contra un muro de hormigón, en la localidad de Sierre.

Se abrió una investigación para esclarecer las causas del siniestro, pero las autoridades coinciden en que el bus no iba a alta velocidad.

Todos los niños tenían ajustado el cinturón de seguridad, pero el choque fue muy violento. En el vehículo viajaban 52 personas y se dirigía a Sion, desde donde dejarían Suiza para entrar en Francia y continuar hasta Bélgica.

La parte delantera quedó completamente aplastada.

Los servicios de socorro suizos relataron que tardaron casi dos horas en sacar a heridos y fallecidos de entre los hierros debido al estado en el que quedó el vehículo.

El diario 'Le Soir' relataba en su edición digital que una niña de 12 años, con dos piernas y un brazo rotos pero consciente, consiguió telefonear a su padre, justo después del accidente, para decirle: "Todo estaba oscuro y escuché un golpe fuerte. Todas las sillas salieron disparadas y me quedé atrapada entre dos asientos".

Algunos padres viajaron sin saber si sus hijos estaban entre los fallecidos o habían sobrevivido, porque las autoridades suizas no pudieron identificar a todas las víctimas.

En el avión también viajó un equipo de psicólogos para atender a los padres y a los niños heridos, así como un grupo de médicos forenses para ayudar en la identificación.


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